¿Por qué los mayores construyen los columpios siempre encima de un charco?

Toma título, se parece a los nombres de los capítulos de Detective Conan (al menos el anime), que necesitabas 2 días para leerlos enteros XDD En fin, que os traigo una reseña que se sale de las que suelo traer, pero de vez en cuando también viene bien reírse un rato. En este caso es un libro que le regalé a mi madre por Navidad: ¿Por qué los mayores construyen los columpios siempre encima de un charco?, de Luis Piedrahita. Además, os iré dejando, por la entrada, fragmentos y frases que podemos encontrar en el libro.

Argumento:

A ver...argumento, lo que se dice argumento, no hay XD. Pero bueno, un poquito lo que os podéis encontrar en este libros es un recopilatorio de monólogos de Luis Piedrahita, nada más y nada menos que 43 monólogos sobre todas aquellas pequeñas cosas que tenemos abandonadas y ninguneadas, tales como: Las uñas, las cicatrices, las bañeras, los signos ortográficos, los Post-it, la croqueta que queda, los sustos, los nudos, las bisagras, etc.

Yo he visto uñas que no deberían dejarte subir con ellas a un avión. Sin embargo, lo que no te dejan subir es un cortaúñas.

Opinión:

Hacia tiempo que tenía ganas de leer un libro de este hombre, puesto que mi hermano tenía unos cuentos y siempre me llamaba la atención. Además, me gustan muchos los monólogos, por lo que siempre he intentado ver el Club de la Comedia y programas del estilo.

Dios dotó a los magos con superpoderes pero, a cambio, para compensar, les quitó la inteligencia. Un mago puede sacar lo quiera de un sombrero y lo único que se le ocurre sacar es un conejo orejón. ¡Tío! ¡Saca un jamón de Jabugo, ¡que pareces bobo!

 Es un libro entretenido, que se leer rápido y, como no, con el que te ríes un rato. Es normal que en 43 monólogos haya algunos que sean más flojos y a los que les cuesta más sacarte una carcajada (o una sonrisilla tímida), pero hay muchos otros con los que se te puede caer alguna lagrimilla de la risa. 

Las cartas de los restaurantes han de aspirar a más y hacen lo que pueden para llamar la atención. Eso se ve en las cartas tipo pediatra, esas que se las dan de conocerte de toda la vida. A mí me enervan bastante: "Carne braseada como a ti te gusta, con tu salsa favorita y esas deliciosas patatillas que tu y yo sabemos". Si me conoces tan bien. no me pongas la carta, me lo traes y punto.

Obviamente, no es un libro con un gran transfondo reflexivo, solo pretende hacerte reír y pasar un buen rato. Pero igualmente, al hablar de todas aquellas pequeñas cosas con las que convivimos día a día, te hace reflexionar, en cierta manera, ya que son objetos a los que no les prestas atención, y en este libro, con un punto de humor, te hace recordarlas y pensar en ellas.

Es un libro que recomiendo si lo que quieres es pasar un buen rato riéndote. También puedes leerlo en voz alta, con amigos u familiares, se asegura más de una carcajada.